El teniente de alcalde y responsable del área de turismo del Ayuntamiento de A Coruña, Henrique Tello, y el concejal de Deportes, Xan Martínez Cagigal, presentaron ayer en María Pita el proyecto de reforma de Riazor y su entorno, con el que A Coruña apoyó su candidatura a sede del Mundial del 2018 o 2022.
La realización de la obra que incluye la peatonalización de Manuel Murguía, la construcción de un párking subterráneo y la reforma del estadio, las polideportivas, la piscina y el frontón, tiene un presupuesto de 170 millones de euros (28.286 millones de pesetas), lo que supondría una de las mayores inversiones realizadas en la ciudad.
Ni Tello ni Cagigal pudieron explicar cómo se financiaría la obra, ya que todavía no tienen un plan. Ni siquiera aclararon qué porcentaje de la inversión sería privado y cuál público.
Cagigal, que llevó el peso de una presentación a la que no acudió el alcalde de A Coruña, resaltó que este es «un proyecto de cidade» y que la obra está destinada a beneficiar «ao meirande número de deportes e non só a un». Subrayó que el objetivo es que «o estadio non se utilice só cada 15 días, senon que se poidan realizar grandes concertos, sobre todo no verán», y anunció que la reforma del complejo deportivo de Riazor implicará «a renegociación do convenio co Deportivo».
En este aspecto, destacó que «cando se suscribiu o actual non se contemplaba a posibilidade de construcción dun novo estadio, que agora se vai acometer. Non hai unha cláusula que ate de por vida, nen sequera no matrimonio. Trátase de que rememos todos na mesma dirección. O Deportivo debe ser consciente de que son novos tempos e que debe adaptarse a eles. Isto é tan sinxelo como que se queremos, podemos», subrayó Cagigal.
45.000 espectadores
El fastuoso proyecto convertiría Riazor en un campo de 45.000 espectadores, que se situarían a tres alturas. En el piso bajo una bandeja de 23.000, 17.000 en el primero y media bandeja de 5.000 más en el último.
Las polideportivas actuales serían reemplazadas por unas nuevas, en las que en el primer subterráneo irían varias pistas de entrenamiento con vestuarios, a las cuales se accedería desde la parte de maratón, encima dos más ,ya de competición, con graderíos: una con una cabida para 600 espectadores y otra para 350.
Piscinas y frontón
Las piscinas y el frontón también sufrirían una reforma y, además, está prevista la construcción de tres torres de seis plantas: dos para equipamiento deportivo -«alí terían cabida a ximnasia rítmica, o patinaxe, o xudo, a halterofilia... en fín, moitos deportes», indicó el concejal-, y otra para uso comercial. Una gran superficie comercial sería la que bordearía el estadio en la zona de Manuel Murguía, que quedaría para uso peatonal, desviándose el tráfico por el primer subterráneo. El segundo subterráneo estaría dedicado a 1.800 plazas de aparcamiento, exigencia de la FIFA.
Son los trazos principales de un proyecto presentado ayer en María Pita con la ausencia del alcalde, de viaje. Tampoco estuvo la teniente de alcalde socialista, Carmen Marón, que sí opinó sobre el proyecto:
«La candidatura presentada está basada en proyectos y estudios iniciales. Es positivo contar con ellos y si la ciudad puede acoger el Mundial sería interesante, al tratarse de un acontecimiento importante, aunque en todo caso habría que trabajar con las Administraciones estatal y autonómica. Ahora bien, el proyecto no es ahora una prioridad para la ciudad y para el gobierno municipal y en la hipótesis de que, dentro de unos años, A Coruña sea sede del Mundial se buscarán los apoyos oportunos para la financiación y para todo lo relacionado con el evento, ya que en ningún caso se pondrá en riesgo la política inversora y social de la ciudad», dijo Marón.
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